Psilocibina

Los hongos psilocibinos

Los hongos psilocibinos reciben infinidad de nombres. Entre los aztecas eran conocidos como teonanácatl (lo cual podría ser traducido como “carne de los Dioses”), nti-si-tho-entre los mazatecas (“pajarito que surge”), hongos mágicos o “monguis” entre la comunidad hippie y entre los más jóvenes, “niños santos”, tal como los llamaba la curandera mexicana María Sabina.

Pero sea cual sea el nombre utilizado, todos ellos forman parte de la amplia familia de los hongos que contienen el compuesto psicoactivo denominado psilocibina. La psilocibina (también conocida como 4-PO-DMT o 4-fosforiloxi-N,N-dimetiltriptamina) es un alcaloide triptamínico que en el cuerpo se metaboliza en psilocina, un compuesto alucinógeno responsable del efecto psicoactivo de ciertos hongos comestibles.

Microdosis

Las sustancias psicodélicas o enteógenas son famosas por provocar viajes emocionales y visuales sumamente intensos, pero un fenómeno relativamente nuevo, el de las microdosis, está modificando esa apreciación dese hace algunos años.

Una microdosis consiste en una décima o una veintena parte de una dosis normal de cualquier sustancia psicodélica (ya sea LSD, psilocibina o ayahuasca, entre las más utilizadas). Suelen tomarse cada pocos días para mejorar el estado de ánimo, la creatividad y el bienestar general. La dosis es demasiado pequeña como para que alguien pueda adentrarse en un viaje psicodélico de gran envergadura, pero sí es capaz de brindar un muy ligero subidón que permite ir al trabajo o realizar las distintas actividades cotidianas.

Quienes defendemos las bondades de las microdosis podemos asegurar que mejoran la concentración y el rendimiento. Y, de un modo un tanto similar a lo que ocurre con dosis más altas de psilocibina, los pensamientos pueden conectarse con las emociones con cierta facilidad, lo cual conlleva a una mejor comprensión y resolución de problemas personales y traumas del pasado. En otras palabras, la psilocibina permite que partes del cerebro que normalmente nunca se comunican vuelvan a “hablar” y conectarse.

Psylocybin

La tendencia de las microdosis se ha hecho cada vez más popular en los últimos años, especialmente en el ambiente de San Francisco. Incontables informáticos de Silicon Valley, escritores y artistas, así como miles de personas de todo el mundo, comparten en la actualidad testimonios sobre los beneficios de las microdosis. Debemos señalar que un estudio reciente realizado en Estados Unidos con más de mil quinientos voluntarios ofreció unos resultados bastante promisorios.

Quienes sufrían migrañas informaron que se reducía la intensidad y duración de sus dolores. Por su parte, los estudiantes aseguraban haber mejorado en las calificaciones y tener mayor capacidad de concentración, y algunas mujeres que habían atravesado períodos de gran sufrimiento y daño emocional informaron que se encontraban actualmente experimentando ciclos más sanos y exentos de dolor. Otros participantes indicaron mejoras en sus relaciones personales, una mayor sensación de apertura y gratitud, así como una significativa reducción de los episodios de depresión. Y una parte bastante positiva de todo el proceso fue que, dado que las dosis eran tan bajas, prácticamente no surgieron efectos adversos.

Tal como afirma James Fadiman, reconocido escritor, investigador y experto en microdosis de psicodélicos, “el viaje psicodélico ocurre con una dosis más alta. Cuando estás en un viaje, necesitas estar muy atento a ciertos contextos; tener una guía es muy útil en estos casos donde se tienen distorsiones perceptuales, sinestesia, ángeles y dragones. La microdosis, en cambio, no causa nada de eso. Consumir microdosis es probablemente la manera más segura de usar psicodélicos”. Por su parte, el investigador Michael Pollan, autor del bestseller “How to change your mind” (“Cómo cambiar tu mente”), defiende los benéficos efectos que las microdosis tienen sobre la mente, ya que permiten una especie de “reinicio del cerebro”. Y estos beneficios van mucho más allá de tener sensaciones agradables, ampliar las redes neuronales o fomentar la neuroplasticidad: este reset inducido por psicodélicos podría beneficiar a las personas que sufren trastornos caracterizados por la rigidez mental, como las adicciones, la depresión y las obsesiones.

Plant medicines can generally be classed as any plant that has medicinal properties for human beings. However, in today’s world the most common use of the words ‘plant medicine’ is in addressing the ancient and powerful medicines used by the world’s original peoples, most of which are psychoactive, inducing altered states of consciousness.

Microdosis de psilocibina a partir de trufas

Los hongos psilocibinos suelen crecer en ambientes naturales donde pasta el ganado vacuno y suele llover en abundancia. Latinoamérica (con México y Colombia a la cabeza) son dos países en los que abunda la psilocibina en sus múltiples variedades. Por desgracia, este tipo de hongos muy rara vez se comercializan, no tanto por las prohibiciones gubernamentales que han estado vigentes desde hace décadas (afortunadamente, las restricciones son cada vez más laxas en muchos países y diversos estados de Estados Unidos), sino porque los efectos de las setas pierden su eficacia a través del empaque y el transporte. Por lo general, deben ser ingeridos in situ. Por fortuna, el ingenio humano ha encontrado un sustituto perfecto: las trufas mágicas.

Bajo el nombre comercial de “trufas”, las cuales se comercializan legalmente en Holanda, en realidad nos estamos refiriendo al micelio de los hongos psilocibinos. Es decir, la parte de aquel hongo que, bajo tierra, se solidifica, transformándose en lo que se conoce como “esclerocios del micelio”. Estos micelios forman una red kilométrica de hilillos diseminados en el subsuelo de los bosques, y son los que permiten la transmisión de información entre los cientos o miles de árboles y demás plantas que conforman tales hábitats. Y, para el asunto que nos interesa, estos micelios o “trufas” también contienen igualmente la psilocibina, es decir, el mismo elemento psicoactivo del hongo que emerge por encima de la tierra. De modo que es una discusión superflua intentar determinar qué son mejores (ya sea en el ámbito terapéutico o eminentemente recreativo): si los hongos psilocibinos o las trufas mágicas. Los efectos son similares, y las variaciones, tanto en un caso como en el otro, dependen de la dosis y de las distintas variedades de hongos psilocibinos o trufas.

Beneficios de las microdosis de trufas

De modo que las trufas mágicas, utilizadas en microdosis, son unas herramientas sumamente recomendables para el tratamiento de diversas dolencias, ya sea la depresión, la ansiedad, las diversas adicciones, los pensamientos obsesivos y el síndrome de estrés postraumático. Y la razón es que, además de reducir al mínimo lo que comúnmente se conoce como “mal viaje”, promueven, entre otros aspectos, una mejora en el estado de ánimo, una mejor conexión emocional con las personas que nos rodean, mejora en el rendimiento físico, mayor concentración y claridad mental, así como una mejora sustancial en la calidad de nuestras horas de sueño.

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