El beneficio de las terapias con microdosis de psicodélicos

El beneficio de las terapias con microdosis de psicodélicos

Rick Strassman, el científico e investigador norteamericano autor del libro “DMT, la molécula del Espíritu”, lo decía con meridiana claridad en uno de los primeros capítulos de aquel memorable texto: el ser humano ha conseguido logros increíbles en prácticamente todos los ámbitos del quehacer humano (principalmente en el campo de la medicina y los avances científicos) a lo largo de los últimos sesenta años. Sólo hay un campo en el que la humanidad ha quedado prácticamente estancada desde hacía muchísimos años: el de la psiquiatría y la investigación de las enfermedades mentales. Desde hace décadas los facultativos continúan prescribiendo las mismas recetas una y otra vez: Prozac, Xanax, Valium, así como una serie limitada de productos cuya efectividad ha sido puesta innumerables veces en duda. Poco o casi nada se ha avanzado, pues, en las últimas décadas. El hombre ha llegado a la Luna, Internet monopoliza los hogares, hemos avanzado en la fusión nuclear para obtener energía limpia, pronto seremos testigos de los primeros seres humanos clonados… y los doctores continúan prescribiendo las mismas pastillas desde hace más de media centuria. Y la razón es muy simple: el campo del estudio de la mente y de la consciencia que aún permanece bastante inexplorado es el que está relacionado con las sustancias psicodélicas. Es allí, tal como muchos científicos, doctores e investigadores han afirmado una y otra vez, donde se abre un sinfín de posibilidades en el tratamiento adecuado de incontables dolencias mentales, especialmente las relacionadas con las adicciones, los diversos tipos de ansiedad, las depresiones y los síntomas de estrés postraumático. Y la razón por la que este campo prácticamente aún sigue siendo Terra Incognita ha sido, obviamente, la negativa de las distintos gobiernos, encabezados por Estados Unidos, a permitir la experimentación con este tipo de sustancias, así como los obstáculos interpuestos por el topododeroso lobby farmacéutico que teme perder su monopolio en tan jugoso mercado.

Son incontables los testimonios que acreditan la efectividad del uso de las sustancias psicodélicas (en especial la psilocibina, el LSD y la ayahuasca) en el tratamiento de afecciones mentales, un tratamiento que, de más está decir, debería ser siempre desarrollado bajo la supervisión de un experto. Por fortuna, los tiempos están cambiando. Estamos viviendo, hoy en día, una nueva era dorada en la investigación de las sustancias psicodélicas y enteógenas en el marco de los tratamientos de las dolencias mentales y las adicciones. Finalmente, muchos gobiernos en todo el mundo se están abriendo a este tipo de investigaciones después de largas décadas de parálisis e inmovilismo. Ya son varios los países en todo el planeta, así como los estados en Estados Unidos, que han vislumbrado el amplio y fértil campo en la psiquiatría que se abre por delante, razón por la cual es cada vez más común la permisividad gubernamental en relación a este tipo de tratamientos altamente beneficiosos para la ciudadanía.

Y dentro de este tipo de tratamientos, uno de los que están demostrando mayores avances y beneficios es el que está relacionado con las microdosis, en especial de ayahuasca y de psilocibina (componente psicoactivo presente en los llamados “hongos mágicos”). El éxito de estos tratamientos, siempre bajo la guía y supervisión de un experto terapeuta, estriba en la fácil manejabilidad de estas sustancias por parte de los pacientes. El tratamiento, tal como su nombre sugiere, se basa en dosis muy pequeñas que se mantienen por debajo del umbral mínimo para una experiencia enteógena o psicodélica. En otras palabras, no se corre el riesgo, en ningún momento, de experimentar alucinaciones o visiones que puedan conducir a lo que comúnmente se conoce como un “mal viaje”. Todo lo contrario, el paciente experimentará, en todo momento, leves pero apreciables síntomas de bienestar, buen humor y sensaciones positivas que, por una parte, contribuirán poco a poco a mejorar su disposición y salud y mental, y por otro, le permitirán encarar de manera adecuada y efectiva, y siempre de la mano del psicoterapeuta, aquellas zonas oscuras que requieren atención, análisis y cuidado.

Y es que, tal como afirma el célebre autor estadounidense Michael Pollan, autor del exitoso libro How to Change your Mind (“Cómo cambiar tu mente”, el cual recientemente ha sido llevado a imágenes gracias a Netflix), los psicodélicos permiten un “reinicio del cerebro” o “voltear nuestro tablero mental”. Este reset inducido por psicodélicos podría beneficiar a las personas que sufren trastornos caracterizados por la rigidez mental, tales como las adicciones, la depresión y las obsesiones.

Michael Pollan lleva muchos años recomendando, allá donde lo entrevistan, las cada vez más populares microdosis, las cuales, sin llegar a alterar o distorsionar en gran medida la consciencia del paciente (tal como sí ocurriría con dosis mucho más elevadas), permiten generar igualmente este peculiar “reseteo mental” o “neuronal”. Hay quienes han utilizado, aparte de Pollan, una metáfora bastante ilustrativa en relación al proceso de encadenamiento o líneas de pensamientos cotidianos. Imaginemos que nuestro cerebro está cubierto por un espeso manto de nieve. Nuestros pensamientos cotidianos, aquellos que transitan nuestra mente a cada momento, crearían profundos caminos sobre este manto blanco. Estos pensamientos recurrentes, por tanto, transitarían una y otra vez, sin pausa, a través de estos senderos inamovibles y cada vez más profundos. Y estos continuos recorridos serían, sin ir más lejos, los perjudiciales pensamientos obsesivos (base de las adicciones, depresiones y demás dolencias mentales) que no nos dan tregua noche y día. Pues bien, la ingesta de sustancias psicodélicas, y siguiendo con la metáfora, representaría una nueva nevada que borraría de un plumazo aquellos caminos mil veces transitados, permitiendo así que nuestra mente deambule por nuevos senderos nunca antes recorridos. Éste es el fundamento, a muy grandes rasgos, de ese “reseteo neuronal” al que Michael Pollan se refiere: la generación de un nuevo marco mental que aliente la creación de nuevos pensamientos, nuevas rutas mentales, que nos permitan salir del atolladero en el que nos encontramos. Y es que, tal como diversos experimentos han demostrado, las sustancias psicodélicas tienen la capacidad de estimular la plasticidad neuronal o “neuroplasticidad”, elemento clave que ayudará a los pacientes, a través de la guía del psicoterapeuta, a encontrar la salida de aquellas zonas oscuras que le acechan y atenazan.

Milkor Acevedo
Author:
Milkor Acevedo (Estocolmo, 1974) es un periodista y escritor español-venezolano con cuatro novelas publicadas. Tras una primera e impactante experiencia con la ayahuasca, ha dedicado los últimos años al estudio y la divulgación de las sustancias psicodélicas y enteógenas. Es el creador del podcast "Diarios de la Psicodelia".

Deja una respuesta

Contact Us

Rellena el siguiente formulario y nos pondremos en contacto contigo. Haremos todo lo posible para responder a todas las consultas dentro de las 24 horas.